En la primera escucha de Para Bellum no pude evitar que mi mente se retrotrajera a 1999 (juventud, divino tesoro) cuando Testament continuaba explorando con firmeza los pasadizos más oscuros de su carrera. En ese sentido, el disco que ahora escuchamos retoma aquel camino iniciado con Low, Demonic y The Gathering, fusionando thrash y death metal con una agresividad y una técnica que siguen puliendo disco tras disco.
Tras una larga espera, en las últimas semanas, el sello Nuclear Blast Records nos había seducido con tres píldoras que anticipaban lo que se avecinaba: Infanticide A.I., Shadow People y High Noon, tres temas plagados de elementos negros, que nos dejaron boquiabiertos. Pero lo que nos encontramos al comienzo del disco es For the Love of Pain, una obertura que va más allá, un trallazo lleno de furia, con una velocidad bestial y una densidad cargada de pasajes que beben directamente de las entrañas del black y el death metal. Sin perder su esencia, Testament sigue dando pasos de titán, explorando en el metal extremo sin complejos, pasos que retumban decididos a innovar.
Chute de energía de Chris Dovas
La producción es admirable, cuidada y clara, muy enfocada a subrayar la energía que aporta el nuevo batería, Chris Dovas, quien brilla de forma especial, aportando una vitalidad extraordinaria. Su riqueza de blast beats, fills y cambios de tempo arrastran al resto de los componentes, sacando la versión más visceral de Peterson y abriendo el camino al maestro Skolnick para que nos deleite con un puñado de solos melódicos y elegantes (como es habitual) que aportan una solidez melódica al conjunto. El dúo de guitarras nos regala momentos de técnica, armonías dinámicas y veloces, siempre coherentes con la tradición de la banda.
Una de las sorpresas agradables del disco, desde el punto de vista compositivo, es encontrarnos en mitad de este torrente sónico, directo y oscuro, con la balada Meant to Be (¡¿cómo no acordarse de Return to Serenity!?). Quizá sus casi ocho minutos se hagan un poco extensos, pero dotan al disco de un toque de variedad interesante.
Del resto de temas, merecen una mención especial la directa y pegadiza Room 117 o Nature of the Beast (en la primera escucha pensaba que iba a entrar a cantar Lemmy), que, aunque puedan parecer a priori más básicos, con esencia puramente heavy metal, que mantienen la línea de la calidad del conjunto.

Personalmente, destaco Witch hunt, un corte endiablado, envolvente, con unos cambios de ritmo inesperados y un trabajo vocal que parece brotar directamente de una pesadilla medieval. Y, por supuesto, el tema homónimo que cierra el disco, otro corte desbocado, contundente, que mezcla riffs marcados con otros de gran complejidad, secciones violentas y una épica acústica final que recuerda la era clásica de la banda, presente en los trabajos que sorprendieron en la era dorada del thrash.
El implacable liderazgo de Chuck
No podemos dejar de mencionar el desempeño de Chuck Billy, que nos presenta una de sus actuaciones vocales más poderosas y versátiles en años. Rugidos guturales propios del death metal, combinados con su agilidad habitual para el ritmo thrasher, dan por resultado una voz cargada de dramatismo y gravedad, que rodeada de coros asesinos, lidera el trabajo y se emerge como pilar esencial en esta nueva fase de Testament.
En resumen, nos encontramos un disco magistral, que conecta firmemente con sus trabajos anteriores, una propuesta que apenas descansa (salvando el oasis de Meant to be). Un álbum agresivo, ambicioso, variado, que se agarra con convicción a las entrañas del thrash. En este sentido, tenemos que poner en valor la constancia de esta banda, no solo por sacar discos manteniendo siempre una alta calidad, sino por su capacidad para evolucionar, para reinventarse, para explorar y mezclar los tintes del metal extremo más moderno, enraizando con la esencia de la vieja escuela. Creo que no exagero al decir que el californiano es uno de los grupos más en forma del panorama metalero.
Para Bellum nos ofrece piezas memorables y todos los temas tienen pasajes rescatables. Tenemos ante nosotros un álbum que nos regala nostalgia y nos ofrece frescura, valentía y renovación, como lo demuestra la incorporación de Dovas, sin duda uno de los aspectos fundamentales de esta nueva etapa. Porque el testamento final aún no ha llegado, hermanos. Por suerte para nosotros.
Lista de canciones:
- For the Love of Pain
- Infanticide A.I.
- Shadow People
- Meant to Be
- High Noon
- Witch Hunt
- Nature of the Beast
- Room 117
- Havana Syndrome
- Para Bellum